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• En el imaginario popular, un mercado alcista es sinónimo de optimismo, entusiasmo y euforia. Sin embargo, a menudo un sentimiento de inquietud puede prevalecer sobre la alegría. Quienes tienen ganancias no realizadas se preguntan si es momento de materializarlas, mientras que los que disponen de exceso de liquidez vacilan entre el temor a perder oportunidades (FOMO) y el miedo a perder capital (FOLO).

• Actualmente, estas emociones están muy presentes. El S&P 500 ha experimentado un aumento de aproximadamente el 40% desde su punto más bajo en octubre de 2022, mientras que las acciones de las "Magnificent 7", vinculadas a la tecnología, han ascendido en promedio casi un 140% en el mismo período.

Navegar este escenario exige un enfoque sólido en estrategia y táctica.

• En este contexto, discutimos por qué, a pesar de estos importantes aumentos, creemos que los inversionistas aún deben mantener una asignación fundamental en acciones de grandes empresas estadounidenses como el primer pilar de su cartera.

• No obstante, frente a un futuro donde muchas carteras dependerán cada vez más de unas pocas empresas de alto valor, también explicamos por qué las acciones de grandes empresas estadounidenses deben ser solo uno de los cuatro pilares que los inversionistas deben incorporar en sus carteras.

• Pensamos que la IA generativa será el tema de crecimiento de esta década, con un aumento proyectado en las ganancias de IA de alrededor del 70% anual hasta 2027.

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• Las compañías líderes en la revolución de la IA son principalmente gigantes tecnológicos estadounidenses, muchos de los cuales ya están involucrados en varias etapas de la cadena de valor de la IA.

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• Con esta ventaja, creemos que los mayores probablemente crecerán aún más, y es necesario que los inversionistas tengan exposición a esta tendencia. Sin embargo, esto no debería ser en detrimento de otros pilares esenciales de la cartera.

• Los rendimientos en el mercado de acciones fuera de las grandes empresas estadounidenses no han sido tan destacados en los últimos años. Sin embargo, el mercado de EE. UU. no siempre ha liderado. Históricamente, la supremacía del mercado ha alternado con el tiempo.

• Muchas empresas y sectores líderes, como semiconductores, farmacéuticas, bienes de consumo y energía renovable tienen su base en Europa o Asia-Pacífico, no en Estados Unidos. Hay que asegurar que su cartera no pierda estos motores potenciales de crecimiento implica que la exposición diversificada a acciones globales debe ser el segundo pilar.

• Por supuesto, la inversión no se limita solo a las acciones. Los títulos de calidad son otro componente clave en las carteras. Son seguros, líquidos y ofrecen un flujo de ingresos confiable.

• Históricamente, los títulos han proporcionado retornos superiores al efectivo a largo plazo. Su beneficio radica en la diversificación efectiva de la cartera. En 95 de los últimos 98 años, los títulos han tenido un rendimiento positivo en los años en que las acciones han caído, una tendencia que creemos continuará.

• El cuarto pilar es la exposición a activos alternativos. Estos conllevan riesgos inherentes, como la iliquidez y periodos de bloqueo prolongados. Pero pueden ayudar a los inversionistas a diversificar las fuentes de rendimiento en momentos en que las acciones y títulos se mueven de manera conjunta, como ocurre actualmente.

• Los activos alternativos también brindan acceso a inversiones no disponibles en los mercados públicos. Actualmente, por ejemplo, las empresas respaldadas por capital privado superan en número a las empresas cotizadas en bolsa en una proporción de tres a uno.

El punto final a considerar es que estos cuatro pilares tienen más sentido juntos que por separado.

• Creemos que es importante contemplar el escenario global en términos de múltiples escenarios. Se necesita exposición a los cuatro pilares para posicionarse ante una variedad de resultados posibles.