Investigación del CIO
Renta fija sostenible temática
Presentamos una estrategia de inversión que además de su potencial de rendimiento competitivo, también impulsa las inversiones enfocadas en ESG.
Las inversiones en renta fija sostenible temática son una estrategia de inversión centrada en la sostenibilidad que abarca una variedad de instrumentos de renta fija convencionales con objetivos de sostenibilidad incorporados en los términos.
Introducimos su amplia gama de enfoques, como los bonos verdes y sociales, su desarrollo global, trayectoria y más.
Bonos verdes, sociales, de sostenibilidad y vinculados
- La inversión sostenible es una filosofía de inversión que puede aplicarse a todas las clases de activos, con el objetivo de lograr una rentabilidad ajustada al riesgo competitiva frente a las inversiones tradicionales, mientras se genera un impacto ambiental y social positivo o se alinean con los valores personales de los inversionistas.
- Las inversiones en renta fija sostenible temática abarcan una amplia gama de instrumentos de renta fija que financian proyectos medioambientales y/o sociales, así como iniciativas de transición hacia normas de sostenibilidad mejoradas. Incluye inversiones en bonos verdes, sociales, de sostenibilidad y vinculados a la sostenibilidad, conocidos colectivamente como bonos sostenibles, emitidos tanto por entidades del sector público como por empresas.
- Los bonos verdes, sociales y de sostenibilidad se engloban bajo el término general de bonos GSS, los bonos de uso de los fondos que financian proyectos y actividades elegibles que tienen un impacto medioambiental y/o social positivo. Mientras que los bonos verdes se centran en proyectos medioambientales como las energías renovables, la mitigación del cambio climático y la adaptación a este, los bonos sociales se dirigen a retos sociales como la vivienda asequible, el empleo y la sanidad.
- Los bonos de sostenibilidad integran consideraciones medioambientales y sociales en los fondos de los bonos. Por el contrario, los bonos vinculados a la sostenibilidad (SLB) no vinculan los fondos a proyectos específicos, sino que son bonos de propósito general cuyas características financieras y/o estructurales están vinculadas a la capacidad del emisor para cumplir los objetivos predefinidos de sostenibilidad durante un periodo determinado.
- Si el emisor del SLB no cumple los objetivos, la tasa del cupón puede ajustarse en una cantidad predefinida. Los SLB ofrecen a los emisores una mayor flexibilidad en comparación con los bonos de uso de los fondos, lo que permite también a las empresas en transición de sectores «más sucios» acceder al mercado de financiación sostenible y comprometerse con los objetivos de sostenibilidad.
- La renta fija sostenible temática ofrece una alternativa sostenible a los bonos corporativos tradicionales de alta calidad y con grado de inversión. Con la rápida expansión del mercado sostenible, los bonos sostenibles han evolucionado de ser un concepto novedoso a una clase de activo diversa y líquida.
- Se prevé que las inversiones en renta fija sostenible diversificada y temática produzcan rendimientos comparables a una combinación de bonos corporativos de alta calidad y con grado de inversión, al tiempo que fomentan resultados sostenibles positivos mediante la asignación de los fondos y las actividades empresariales a proyectos y objetivos centrados en elementos ESG.
Antecedentes
- El concepto de bonos GSS se introdujo inicialmente en 2007, cuando el Banco Europeo de Inversiones (BEI) emitió un bono de 600 millones de euros para la concienciación sobre el clima siguiendo el principio de uso de los fondos para financiar proyectos ecológicos en los ámbitos de las energías renovables y la eficiencia energética. Un año después, en 2008, el Banco Mundial (BM) lanzó el primer bono con etiqueta de bono verde centrado en el cambio climático y la mitigación por un importe de 3.350 millones de coronas suecas (unos 440 millones de dólares estadounidenses).
- Hasta la primera emisión de un bono verde corporativo en 2012, los bancos multilaterales de desarrollo representaban el 97% de la emisión mundial de bonos verdes (7.700 millones de dólares), estableciendo estándares para la selección de proyectos, revisiones externas y la presentación de informes de impacto.
- Los bancos comerciales y las empresas empezaron a seguir su ejemplo tras la emisión del primer bono verde de 1.000 millones de dólares por parte de la Corporación Financiera Internacional (CFI) en 2013 (entre las principales empresas pioneras se encuentran Credit Agricole, Électricité de France y Bank of America). La primera edición de los Principios de los Bonos Verdes de la ICMA aceleró la emisión y, a finales de 2015, se alcanzó la cifra acumulada de 50.000 millones de dólares. Los emisores soberanos ingresaron al mercado más tarde, siendo Polonia el primer país en emitir un bono verde soberano de 750 millones de euros en 2016.
- El lanzamiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas en 2014 también sirvió como hoja de ruta y llamamiento a nuevas estructuras de financiación para apoyar los objetivos mundiales de desarrollo, con los bonos verdes como instrumento central.
- Además de las preocupaciones medioambientales, el alcance de los proyectos elegibles se ha ampliado para abordar retos sociales como la salud pública, la vivienda asequible y la educación, lo que ocasionó la aparición de bonos sociales y de sostenibilidad en 2015. Antes de 2020, los bonos sociales representaban alrededor del 5% del mercado de bonos sostenibles. Sin embargo, la pandemia de COVID-19 actuó como un catalizador, impulsando el fuerte aumento septuplicado de 18,3 mil millones de dólares en 2019 a 137,9 mil millones de dólares en 2020, lo que corresponde al 28% de la cuota de mercado.
- Los bonos vinculados a la sostenibilidad surgieron en 2019 como una forma adicional para que los emisores accedieran a la financiación vinculando los pagos de cupones a indicadores clave de rendimiento (KPI) de sostenibilidad predeterminados a nivel de entidad.
- El mercado continúa explorando nuevas estructuras. Algunas siguen el modelo ya establecido de uso de fondos, pero con aplicaciones innovadoras. Un ejemplo son los bonos azules, introducidos en 2019 como parte del mercado de bonos verdes, destinados a financiar proyectos relacionados con la gestión de los océanos y recursos hídricos. Otro caso son los bonos naranjas, lanzados en 2023 como una categoría de bonos sociales enfocados en promover la igualdad de género, siguiendo los «Principios de los bonos naranja» establecidos por ONU Mujeres.
Estrategias de inversión sostenible en ESG
Conozca una variedad de enfoques estratégicos de inversión en empresas que están mejorando su desempeño ambiental, social y de gobernanza.